viernes, 27 de enero de 2006

Escudriñando

. . .Jarras vacías detrás de una puerta suenan a música lenta y ni tan solo se han parado a escuchar al pato que resuena de fondo, tocando la Flauta Mágica. Parece que no va a despertar. Y esa calma dubitativa que presencia al estallar toda la alegría del jardín al despertar. Pero seguirá dormitando. Seguirá postrado en una cutre cama de hierro oxidado, con radioactividad acelerada para acabar antes su marcha de esa habitación. Seguirá soñando todos y cada uno de los sueños que entrevió, pero que nunca sintió, porque nunca los cumplió. Y esa calma aparente que hay detrás del colchón. Los espejos fosforescentes que retroalimentan con luz intransigente los ojos del depredador. Que afanado se aprisa a huir presa del pánico de aquella habitación. Los toques de silbato producidos por su respiración, que como los alaridos atados que cuelgan desde aquel rincón, resuenan dentro de todo el interior. Noches de frío y salvajes verbenas sin venas que le suministraran. Embalajes de cajas vacías recompuestas de tardes sombrías de oscuridades decadentes; que junto a la ventana a la que se somete, en constante humillación, resplandece ese poco de sentido del humor, que negro escapa ante su ingente malvivir.

. . .Escudriñando se encuentra ahora, los sentidos de su corazón, los sentidos que no siente en su interior. El poco fervor del que disponía pronto se dejó escapar. No tiene escapatoria. Está condenado a esperar la muerte. Desde una esquina superior le espera un rayo que le quiere iluminar y, por eso, se deja alumbrar. Ya nada es diferente. Todo es igual, porque un rayo de luz le dejó sin final. Le manchó el cristal, le enseñó la verdad. Le abrió los ojos y le vendó la soledad. Porque un rayo de luz pudo consternarle de verdad y no como todo lo que había visto antes pasar. porque un rayo de luz le pudo enseñar, todo lo que una vida le dejó escapar.

. . .Ahora no se arrepiente de nada. Ahora vive una vida que ya no es consternada al fracaso ni a la humillación. Ahora ya se puede respirar en aquella habitación. Ahora ya, la cama, de madera espera a ser usada hasta que llegue el momento. El momento de la decisión. El momento del principio del final, donde el espera sentado en aquella esquina que ya no es infernal.

. . .Son secretos que le mueven. Son oraciones a su alma. Son sentidos que permanecen inquietos ante la calma que sobrevuela su estado antes del alba. Antes de nada. Antes de que algo le llegue de verdad. Es un estado de austeridad, pero que no le regocija como los demás. Es su estado actual. La vida que tanto soñaba y que ahora le visita en el hospital. Por eso, solo por eso se empieza a masturbar. Pero se detiene. Lo acaba de observar y ya es la hora del final. Se levanta de la cama y comienza a volar.

2 comentarios:

  1. me ha gustado,
    aunque lo he leído un par de veces
    tiene algo retorcido... no se...

    ResponderEliminar
  2. La verdad es que la historia tiene un transfondo retorcido que complica el análisis. Pero la complicación viene con el análisis de los adjetivos que parecen escapar a toda lógica y obedecer las normas de la locura. No es cierto, puesto que si se analiza con calma, se puede seguir un rastro verídico que toma formas verdaderas. Si bien no, se podría comparar con un poema, pero a gran escala, entre medias de la prosa y la poesía ^^.

    No es un estilo estandarizado en mí. Llevo bastante tiempo probando cosas nuevas, que se escapen de la tradicionalidad de los textos. Y, en mi afán de búsqueda he ido encontrando cosas como esta o la del mar de fondo, estilos bastante separados, pero que, en el fondo, me aportan lo mismo. Seguiré mis investigaciones.

    Pero por ahí va el camino

    ResponderEliminar