sábado, 19 de noviembre de 2005

Voluntad de poder

. . .Un camello. Primero me visten de andrajos y sucias ropas mas vestimentas pegajosas. Soy un camello cargado de deberes, leyes... Dos gibas en el dorso hacían que aun me fuera más difícil el soportar esta carga de mierda que tan mal olía.

. . .Poco más tarde, vi que había una cierta calidad en cuanto de lo que a mí se trataba; entonces pude comprender el estallido que estaba por venir, la gran expansión y la gran evolución. El rugido aterrador de que algo se había transformado. Era yo, era un león, era un luchador y un carnívoro empedernido. Me liberé de las cargas, de las pesadumbres... ¿o no? Por desgracia no me podré librar nunca del todo. Todavía queda algún que otro resto de mierda colgado de una de las gibas que tanto me pesa. No es que no lo pueda arrancar, pero es que por mucho que lo haga vuelve a salir. Es la sociedad, o llamémosle suciedad, eso que te retrasa y que no puedes evitar; eso que te arrastra y no te la puedes quitar. Pero yo "LO TENGO", tengo la voluntad, tengo voluntad de poder y la sé hacer explotar, la sé hacer caminar. Con determinación, con decisión, firme ante el sol, ante toda esa putrefacción. Firme ante la lluvia y las temperaturas, firme ante el hielo y ante el desprecio humano, firme y en expansión, como una ola que arrasa todo aquello por donde pasa cual ente viscoso corrosivo matándolo todo. Así de sencillo.

. . ."Tú espérame, no te defraudaré. Algún día pronto te veré y será entonces cuando ya reiré y así pasaran las olas producidas por mi poder, mi voluntad de poder, desde donde me reiré como un niño, cual carcajada aventajada sobre un mar en calma desde donde impongo la calma o la hago calmada. Son ondas y más ondas en EXPANSIÓN, olas y más olas haciéndose grandes ante todo el océano. Olas y más olas expandiéndose como un humilde aldeano de este gran universo. Pero al fin y al cabo, se expanden y lo hacen a conciencia de su naturaleza, contrarrestando aquellas que le puedan anular. Así en su expansión, cada vez veré más claridad, porque sentiré más hasta que llegue un momento en el que las ondas se fusionen con la naturaleza, que será entonces cuando vea la verdad."

. . .Será entonces cuando el niño haya salido por fin y sea un adulto-niño sin cadenas ni preocupaciones, sin castigos ni retenciones y jugará con la arena de la playa hasta que se canse; y jugará en la orilla del mar a conquistar nuevos mundos; y vivirá tranquilo y sin pesar la vida que le quede por esperar. Sentir, sentir vivir sin preocupar, sin alcanzar a tocar esa pobre suciedad. Que mugrienta siempre estará ahí, pero que al fin y al cabo ya no molestará. Será tal que nada le importará, solo él, que lo es TODO. Es una vida en libertad, una vida de verdad, donde ni la muerte tiene significado de verdad, porque vivirá la vida a cada instante.

. . .Voluntad de poder, voluntad de poder. Esa parte que se escapa ante toda práctica, y que metafísicamente hablando es un concepto que entra en una posible discordia, como ya mostraba Nietzsche. De hecho, no lo considera como tal, pero se ve implícito. Aunque ésta es su manera de demostrar que la pracsis es algo a lo que se le puede aplicar la metafísica de una forma interna y externa, pero sin modificar el resultado, sino magnificarlo en sí para así poder ser mejor. Pronto llega la transvaloración de todos los valores, que aclara la situación en proceso de putrefacción de esta sociedad y así su liberación con el nacimiento, anunciado a gritos por Zaratustra.

. . .Las palabras duelen. Las palabras dañan, hieren y gritan. Las palabras son cajas vacías de las que solo puedes ver su recubrimiento. No conoces nada más. No hay nada más. Son cajas vacías, cajas sin contenido, porque un viejo loco se las ha llevado, porque un viejo loco se las ha comido. Cajas vacías que no llevan a ningún lugar. Cajas vacías que transforman la realidad y que interfieren en la sociedad. Cajas de metacrilato o de fina bolsa de transparente plástico. Cajas sin sentido, ambiciosas o moralistas, idealistas, pesadumbrosas y maleantes donde las hayan. Cajas engañosas, mentirosas y falacieras. Cajas de la muerte que llevan ellas misma implícitas en su ente. Son las cajas de las palabras vacías que componen nuestra mente, nuestra vida, la "realidad", que aparente desmonta todo concepto al poderse confundir cual lienzo en blanco. ¿Será un monet, un Jean Claude, un Renuoir, un Picasso, un Miró? ¿O será como un Dalí, una expresión en cajas vacías, sin sentido, pero calientes y retorcidas? Ni la verdad, ni la claridad, ni la calidad se encuentran en las cajas vacías a las que llamamos lenguaje. La vida no se encuentra implícita en ella, solo son agujeros con minas antipersona frente nuestro camino. Hay que saber esquivarlas para expandirse más y más. Hay que saber apartaras para que no lastimen nunca más. Con saberlas desmontar ya basta, no molestarán nunca más. Son cajas, cajas vacías. Solo cajas, materiales exorgánicos presentes en nuestra vida. ¿Usamos la muerte implícita en ellas? ¿Somos necrofílicos a pesar de nuestros pesares? ¿o violamos su vacío contenido? Aunque esas cajas vacías estén muertas, atormentan a la gente y a su ente en sí mismo. Atormentan a una sociedad atormentada ya de por sí, pero que aun así es peor. Entorpecen relaciones, crean confusiones y castigan a sus detractores o impulsores. Son solo cajas. Simples trozos podridos que no sirven de nada.

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